KLIMT Y EL DECORATIVISMO PICTORICO

En 1898, Gustav Klimt se separó de la Tradicional Casa de los Artistas de Viena, junto a otros estudiantes, formando la "Sezession". Esto supone un conflicto generacional entre hijos y padres y sus tradición.

Teniendo como lema " a cada tiempo su arte, a cada arte su libertad", hay que entenderlo como un grupo de élite, ya que pensaban que la estetización de la realidad social, solo la podían entender nobles, puros y cultos. Además, se encuentran en un momento político favorable, con un gobierno burócrata que obvia los problemas sociales y confía en una cultura inmersa en un mundo paralelo.

Gustav Klimt fue el primer presidente de la Sezession y junto al grupo participó en las 23 exposiciones que organizaron, y aunque estilísticamente seguía los preceptos del grupo, poco a poco su obra evolucionó hasta llegar a una estética personal. En este proceso artístico, fue muy importante la visita que hizo en 1903 a los mosaicos bizantinos de Ravena, provocando el inicio de su fase dorada, que culmina con la obra "El Beso", en la que supuestamente se autorretrata con su inseparable Emilie Flöge.




Seis años después visita París, que supuso otro cambio de dirección en su obra, al conocer y admirar la obra de Van Gogh, Toulouse-Lautrec, Gauguin, Matisse e iniciando la fase conocida como "caleidoscópica" donde permanece el decorativismo, un cierto horror vacui y una amplia paleta cromática.



La relación que tuvo con Emilie Flöge, hasta su muerte en 1918 va a suponer un soporte y un aliciente en su trabajo. Se convirtió primero en su cuñada y poco después en una "amiga inseparable" y en una compañera de proyectos.

Emilie, junto a sus hermanas, abrió una casa de costura, que llegó a ser la más importante de Viena. Klimt elaboró diversos diseños de estampados, e incluso una serie de 10 " Trajes Reforma", túnicas amplias con motivos geométricos que se convirtieron en prendas exclusivas que llevarían unos pocos ricos excéntricos, y que Klimt fotografiará para una revista, convirtiéndose en el primer fotógrafo de moda.



Al observar la obra de Klimt en detalle, podemos admirar el trabajo de un artista innovador, por un lado, dibujante sinuoso de líneas enérgicas y pintor exquisito; y por otro, diseñador gráfico y fotógrafo.











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